5 trucos para motivarte a hacer más ejercicio

 

Saber que el ejercicio físico es bueno para nuestra salud no siempre es motivación suficiente para ponernos las zapatillas y salir a caminar todos los días. Si te has encontrado alguna vez debatiendo qué tipo de ejercicio deberías hacer y eso ha impedido que empezaras, si has visto como una lesión te ha desanimado y acabaste abandonando tu rutina o si no sabes por dónde comenzar, te recomendamos estos cinco trucos para que empieces tu año más saludable:

1. Ponte objetivos fáciles y realistas

En el mundo del deporte y la salud, muchas veces podemos tener la impresión de que cualquiera que empiece a correr puede llegar a 5km en apenas un mes o que en pocas semanas de gimnasio tendremos el cuerpo de un atleta. Estos objetivos, además de ser poco realistas, pueden ser además nuestro peor enemigo: al ver que no los cumplimos, nos desanimamos y abandonamos la rutina de ejercicio antes de lo que deberíamos. También puede ocurrir lo contrario. Al intentar llegar a esa meta cuanto antes y sin ninguna preparación previa, podemos sufrir lesiones que nos aparten de la rutina. Para evitarlo, asegúrate de que tu objetivo es asequible.

2. Comienza haciendo ejercicio solo dos días a la semana

Ese primer objetivo puede ser, por ejemplo, comprometerte a hacer deporte dos días a la semana. La regularidad es lo más importante a la hora de empezar cualquier rutina. Te ayudará a aumentar tu resistencia, practiques el deporte que practiques; a impedir lesiones, porque no le pedirás a tu cuerpo más de lo que puede dar a cada momento; y sabrás muy pronto cuándo puedes añadir un día más a la rutina o un ejercicio más exigente.

3. Prueba varias formas de ejercicio

Es muy fácil desanimarse si nunca has hecho ejercicio e intentas ponerte a correr el primer día o si el primer día de gimnasio intentas hacer una rutina de CrossFit completa. Además de empezar gradualmente, es importante probar hasta dar con el ejercicio que se ajusta a tus gustos y necesidades: no a todo el mundo le gustan las clases intensas de cardio ni salir a correr en grupo. Si no te gusta el ejercicio que estás haciendo, es muy probable que lo abandones, así que empieza por el que te haga sentir mejor, desde caminar hasta bailar, montar en bicicleta o hacer pesas.

4. Si tienes que parar, ponte una fecha de regreso

Tu trabajo, una lesión, una pausa por un resfriado o unas vacaciones pueden interrumpir nuestra rutina inesperadamente, pero no tienen por qué obligarnos a volver empezar de cero. Sea cual sea la causa de esa interrupción, intenta apuntar en el calendario qué día vas a recuperar el ritmo de ejercicio —de nuevo, trata de que sea un objetivo sencillo y realista— para que abandonar nunca sea una opción.

5. Si puedes, busca un aliado

Uno de los factores que puede ayudarte a crear esta rutina y además mantenerla regularmente es el hecho de hacer ejercicio acompañado. Para muchas personas, el hecho de haber pagado por una clase en un gimnasio o un centro médico es uno de los principales motivos por los que hacen deporte regularmente. Aunque no sea tu caso y prefieras no depender de un gimnasio con un horario específico, también te puedes beneficiar de tener a otra persona con la que salir a caminar un día específico de la semana, ir a la montaña o practicar yoga. Según un estudio reciente de la plataforma Strava, una app que guarda tu historial de recorridos y horas de ejercicio, las personas que corren, montan en bicicleta o hacen ejercicio en grupo recorren distancias hasta un 15% mayores que aquellos que se ejercitan solos.