3 maneras de limpiar tu esterilla después de entrenar
Foto: Bruce Mars
Los días de buen entrenamiento dejan huella. Durante tu última sesión de yoga o pilates, sudaste, reíste, a lo mejor lloraste, pero seguro que sudaste todavía más. Después de las clases de fitness, conviene limpiar la esterilla a menudo para evitar las infecciones, ya que el sudor y el calor favorecen la propagación de gérmenes y bacterias.
Es una tarea sencilla y rápida que nos ayuda a evitar grandes incordios a largo plazo.
Prepara tu propia solución de limpieza
La preparación de la solución de limpieza es fácil y te permite utilizar tus aromas favoritos.
Mezcla una parte de agua con 3 partes de vinagre blanco en una pequeño pulverizador.
Añade dos gotas de de aceite de árbol de té a la botella.
Añade una gota de aceite de lavanda
Según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, el aceite del árbol del té contienen propiedades antibacterianas y antifúngicas y el olor de la lavanda es relajante, además de agradable.
Limpieza a diario
Con todo el sudor y los gérmenes en el gimnasio y en el estudio de yoga, el equipo de entrenamiento se ensucia y enmohece. Conserva en tu bolsa de gimnasio un pequeño pulverizador de agua con aceite esencial y un paño limpio —además de estos imprescindibles que ya compartimos aquí para que tu sesiones de entrenamiento sean fructíferos y agradables.
1. Pulveriza la esterilla de yoga y deja que se empape un poco antes de limpiarla.
2. Friega la esterilla suavemente con un paño húmedo o una esponja.
3. Emplea un paño seco o una toallita de papel para secar la esterilla.
Limpieza semanal
Con Manguera. Aunque una ligera limpieza con pulverizador ayuda a evitar olores, es recomendable lavar la esterilla de manera habitual. Saca la esterilla afuera y rocíala con agua. Usa un detergente suave y una esponja para limpiarla. Después de aclararla, deja que se seque completamente al aire libre.
En la Bañera. En invierno puede que no sea práctico lavar la esterilla con manguera al aire libre. En este caso, remójala con un jabón suave en la bañera o la ducha. Después de aclararla, extiende la esterilla sobre un tendedero para que escurra todo el agua y que seque completamente.